El Regreso de Mary Poppins

¡Está de regreso!

El pasado 5 de Diciembre, Lin-Manuel Miranda, el afamado actor y compositor responsable de reinventar el teatro musical, visitó la Ciudad de México por segunda ocasión con el fin de promocionar “El regreso de Mary Poppins” el más reciente lanzamiento cinematográfico de la casa productora Walt Disney Pictures que continúa siguiendo las peripecias de los niños Banks cuando estos llegan a la adultez y emprenden su propia vida familiar en la misma casa de Cherry Tree Lane durante de la Gran Depresión. Miranda interpreta a Jack, un carismático farolero y aprendiz de Bert, aquel limpia chimeneas y entrañable amigo de la nana mágica que se dio a conocer en la primera entrega del filme.

Además de las labores de prensa, el actor se tomó el tiempo de atender una sesión de  preguntas y respuestas moderada Susana Moscatel, periodista y columnista, al concluir la función especial de la esperada secuela, la cual será estrenada el 25 de diciembre en México.  

Durante 30 minutos, Miranda habló una plétora de temas; desde manifestar su preocupación por el brete migratorio y ahondar en la crisis humanitaria que representa, su tristeza por los menores de edad que son separados de sus padres en la frontera de los Estados Unidos en su intento a encontrar una mejor calidad de vida, hasta detallar cómo fue su proceso de su participación en esta secuela; Miranda aún relata con lujo de detalle aquella ocasión en donde el legendario Rob Marshall lo invitó a tomar un café para ofrecerle el papel de Jack mientras Lin-Manuel aún daba funciones de casi tres horas por ocho veces a la semana en su extremadamente laureado musical “HAMILTON”, y a su vez escribía las canciones para la película Moana. En aquella reunión el director de cintas musicales como Victor/Victoria, Chicago e Into the Woods le planteó el proyecto y confesó que Emily Blunt sería la sucesora de Julie Andrews en el papel de Mary Poppins.  El actor no dudó en aceptar y admite que compartir escenas con el consagrado Dick Van Dyke fue uno de sus recuerdos favoritos de la filmación.

“Cuando vuelvan a ver la película y llegue la escena con Dick, quiero que miren la expresión de Emily y yo en el fondo; ¡no estamos actuando!
“Dick Van Dyke a sus 92 años tiene más energía de la que yo he tenido en mi vida y eso que yo nunca estoy sin energía. Me emocioné como un súper fan porque mi primer gran papel fue el de Albert Peterson en una producción de “Bye Bye Birdie” Dick originó ese papel en Broadway y cuando lo conocí le hice miles de preguntas sobre ese show y Chita Rivera”, admitió entre risas.

También se tomó el tiempo de hablar acerca del impacto que ha tenido para él su colaboración con Disney al momento de convertirse en padre de familia,

“Sebastián es mi ‘Moana baby’ y Francisco es mi ‘Mary Poppins baby’ y es muy bonito para mí que ellos vean a su papá haciendo esto, que ellos sepan que también pueden hacer esto si quieren; yo inicié escribiendo mis propios papeles porque sabía que nunca iba a ser Bernardo en West Side Story o Paul en A Chorus Line y cuando eres un actor latino de color esas son tus únicas esperanzas de visibilidad. Para mí es increíble que mi trabajo con Disney ha caído al mismo tiempo que ser padre”, sinceró.

“La oportunidad de actuar en un musical original para una compañía como es Disney, con un personaje noble y optimista como Jack fue lo que me convenció de participar en la película; Oklahoma! fue un musical revolucionario, no por lo que trata sino por cómo introducen al público en la historia y aquí hay referencia a eso cuando empieza la película y Jack canta “Lovely London sky” pero el cielo está gris, aún así Jack canta a la alegría y ayuda a quién lo necesite. Jack trabaja a pesar de que los tiempos sean duros y sabe que Mary Poppins es mágica y es real porque no ha sepultado su ilusión hacia la vida, quiero que mis hijos crezcan con ese tipo de ejemplos ”, concluyó.

En cuanto a “El Regreso de Mary Poppins”, la película logra hacer honor al legado de su predecesora y a la nana que despegó de las páginas de la hermética Pamela Travers para aterrizar en la persistencia de Walt Disney y su iniciativa de adaptarla al séptimo arte en 1964. Han pasado 54 años, el círculo culmina en una oda a la bondad y la imaginación pueril que es capaz de conmover las sensibilidades del público al remitirlo a la candidez infantil que se ve sepultada al madurar; pero que reside en cada persona y emergerá, en palabras de Mary Poppins, con una cucharada de azúcar.  

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